Luis Vilanova by Flickr |
Lo que prometía ser un verano relativamente tranquilo se ha convertido en una tempestad. He aterrizado en un proyecto internacional que requerirá que me mude durante un tiempo al extranjero. Con la familia claro.
En la vida emprendedora de vez en cuando surgen oportunidades que te trastocan la vida y en estos momentos hay que valorar si aceptándolo además de dinero qué se gana, si personal o profesionalmente merece la pena. En nuestro caso (mío y de mi familia, porque sin ellos no se toman decisiones así) se sacian las ganas de aventura, nuevos escenarios, nuevas perspectivas.. Y nuevo cole para mi peque, cambios que intentamos hacer lo menos dramáticos posible, como una aventura familiar...
Profesionalmente tengo asegurados muchos nuevos conocimientos, experiencias que serán útiles en el futuro. Es un proyecto que me ilusiona, el equipo me parece competente y de muchas facetas, personas muy interesantes y expertos en su campo. Así que nos lanzamos.
Hasta aquí suena de maravilla, pero...
Mudanza, alquiler de piso, gestiones administrativas, sustituciones en los proyectos que tenemos en este momento en marcha aquí... Si me preguntáis si merece la pena, a la una de la mañana precintándo la vigésima caja después de todo el día trabajando, organizando, tendré mis dudas. Pero espero responderos un rotundo sí una vez asentados todos ahí. En mi próxima entrada os detallaré mi nueva aventura en el extranjero.
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